EL RUGIR DE UN PODEROSO MOTOR
Potencia, emoción y adrenalina. Ningún amante de los autos es capaz de resistirse ante el característico sonido de un muscle car encendiendo su motor. Es como música para sus oídos. Este tipo de autos lleva más de 5 décadas encantando a propios y extraños y aquí te explicamos de qué se trata esta poderosa categoría
Si bien la HISTORIA DE LOS MUSCLE CARS es muy ambigua y puede existir más de una versión, lo que sí queda claro es que se trata de un auto de tamaño mediano que bajo el cofre lleva montado un motor de 8 cilindros. El soporte adecuado para su alto desempeño se logra a través de suspensiones y frenos especiales.
DE LAS CARRERAS A LAS CALLES
¿CÓMO INICIA LA LEYENDA DE LOS MUSCLE CARS?
Los muscle cars surgen de la necesidad de hacer accesibles los autos utilizados en las carreras en las que participaban tanto entusiastas adinerados como constructores de carros. Para que el reto fuera más parejo, se estableció una norma para que los fabricantes realizaran versiones que podía adquirir el público general.
El término muscle car nace de un hito mercadológico creado por un personaje emblemático: John Z. DeLorean, sí, el mismo que hizo el auto de Volver al Futuro. Él se encargó de popularizar en América el término italiano GTO (Gran Turismo Omologato), que se refería a un auto rápido, ágil y cómodo.
DeLorean dio vida al Tempest GTO, con un motor más potente, unas llantas más anchas y una suspensión más dinámica. Así surgió un tipo de auto más poderoso al que el público comenzó a llamar muscle car, ya que además de su potente máquina, también contaba con una apariencia más robusta, como si tuviera desarrollada una gran musculatura.
DODGE CHALLENGER: EL MUSCLE FAVORITO DE AMÉRICA
Hoy en día el término muscle car se usa para autos deportivos equipados con poderosos motores, diseños imponentes y precios bastante más elevados. Entre los más conocidos está el DODGE CHALLENGER.
Dependiendo de las versiones, la posición de primer muscle car está compartida entre el Tempest GTO de Pontiac y el Rocket 88 de Oldsmobile, que se introdujo en 1949. Aunque no llevó la misma etiqueta de muscle car, este auto se convirtió en toda una revelación al montar un motor V8 de alta compresión con válvulas a la cabeza (OHV), una máquina robusta que se fabricó hasta entrada la década de los 90.
MUSCLE CARS DE DODGE
A raíz del éxito que alcanzaron los muscle cars, los modelos más populares de aquella época empezaron a tener su versión en esta categoría. Un claro ejemplo destacable por su extravagancia en cuanto a imagen y potencia, fue el Dodge Charger R/T del 68, que salió como respuesta al Plymouth Barracuda.
Bajo el cofre se encontraba el Magnum V8 440 de 375 Hp, pero también se podía seleccionar como opción el HEMI 426 con 425 Hp. La caja era automática de cuatro velocidades y para quienes gustaban de los arrancones, podían optar por el cambiador Competition-Plus con un convertidor de torque especial para ganar tiempo. El modelo 69 se utilizó en la famosa serie de los Dukes de Hazzard, apodado el General Lee.
Si se trata de potencia para correr el cuarto de milla, no hay nada como los muscle cars de Dodge. Pero con tres modelos distintos para elegir: Charger, Challenger y Durango, y sus diferentes versiones, puede ser difícil decidirse.
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